jueves, 11 de marzo de 2010

el azote


Residid firmes y con barba incólume el azote divino, dios nos purga…
Agradeceos, el todo poderoso nos da la virtud de amarlo y aprender del pestífero…

No se puede comprender el sufrimiento de un niño ni menos tratar de explicarlo. En esta situación que esta sumida nuestra nación toda nuestra construcción como seres cambia y por ende, se mimetiza con la catástrofe. La vida nos hace vivir siempre en el límite entre la cordura y la locura sumiendo a todo ser en un letargo tan devastador que nos arrebata de las manos nuestra única arma que tenemos contra este mundo hostil.la razón.

Ya el hombre no piensa, no razona, simplemente se sienta a lamentar su situación cegado así por la tristeza y el sufrimiento sin ver salida alguna de la caverna que lo tortura y lo martiriza cada vez que abre los ojos para ver destrucción, muerte, hambruna y sufrimiento… tal vez sea mejor mantener los ojos cerrados. Ciegos de dolor.

Así mantenemos nuestra existencia en el universo, divagando entre los polos de la fantasía y la realidad. Lo onírico nos seduce con su tinte de magia y felicidad al enamorarnos, ser exitosos y tener vasto poder pero, como toda felicidad es efímera, se va, como los sueños terminan al despertar enfrentándose a la realidad, a la monótona y cruda realidad que nos antepone el coloso rival de la miseria. Sentirnos acabados mantiene a cualquier hombre encadenado a su propia existencia sin la capacidad de salir de ella por sí solo y como siempre, recurre a la fantasía, la imaginación, la creación de su propia felicidad, evadiendo y escapando de la infelicidad y por ende del acantilado de nuestra realidad.

¿Qué explicación hay al ver niños huérfanos, niños abandonas y abatidos por la naturaleza?

¿Tal vez dios quera darle una lección por los pecados de la humanidad, haciendo sufrir a unos pocos por mal hecho por muchos?

Quizás la felicidad sea una fantasía creada de la misma abstracción de nuestra realidad convirtiéndose así en un ideal quimérico, una flor inexistente, una simple forma de evasión de la miseria ya que en ella nos sentimos más vivos, nos sentimos más humanos, seres anhelantes de…felicidad, irrisoria felicidad.

¡Me equivoco¡

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