viernes, 26 de febrero de 2010

voces




Escucho a un fulano de tal que me habla sobre la salvación, otro me dice que en un futuro no muy lejano el hombre no necesitará tener relaciones sexuales para poder mantener la especie, y mientras lo escucho, otro ser de dudosa procedencia lo interrumpe prometiendo 40 lukas para cada familia pobre, miserable, sin rostro, sin identidad, sin alma…

Al fin y al cabo todos hablan, coexisten en un universo en el que no existe culto al silencio, que no existe la reflexión. Todos gritan por el único y magno deseo de ser escuchado por alguien tal vez mísero, un idiota, un necrófilo, un pagano, un judío o por un hombre inteligente y con visión crítica pero a la vez global sobre la existencia del hombre, pero como no tiene nombre rimbombante, dinero, fama ni nada por el estilo se envía al saco de los pelotas, de los hombres sin rostro…

Será digno de ser escuchado por hombres sin rostro que no les interesa lo que decimos porque tal vez sus mentes ya están anestesiadas por tanto pergenio que expresa sus pensamientos… no! en este universo caótico da lo mismo el fondo¡ tan solo importa quién grita más, el que es más fuerte, aquel tiene mejor facha, ese que es más creíble desechando de por si el contenido del sujeto y el predicado ,tan solo importa la estética y el poder, nada más que estética y poder…

Voltaire en algún momento del caminar humano expresó la frase que es la base del pensamiento teórico sobre el respeto y la dignidad humana”detesto lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo”, y por muy paradójico que suene creo que es lo correcto. ¿Quién tiene la certeza absoluta para poder callar a otro?, ni el mismísimo dios calla al que necesita ser callado. Tal vez mi deseo de vivir en un culto al completo silencio sea quimérico, estamos destinados a vivir en un universo donde todos cantan alabanzas y deseos a dios y al diablo por igual…

Tal vez hable mucho….

Tal vez este condenado a odiar a mis hijos, a mi creación…

Tal vez soy un hombre sin rostro, sin identidad, sin profesión, sin alma…

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