domingo, 21 de febrero de 2010

la flor inexistente


El crepúsculo vuelve a rejuvenecer a las orillas del lago, ese lago místico que el solo hecho de apreciar su figura sensual me sume en una abstracción orgásmica tan excitante pero a la vez extremadamente ajena a mi ser que me aturde, me hace sentir débil frente a mi realidad como una pluma que no es dueña de su ser, solo divaga en el firmamento, tal vez caiga en el prado, tal vez caiga en el fuego, quien sabrá donde cae, a quien le importa dónde cae.

Pero el movimiento del agua me aterriza al lugar donde estoy .A este sitio donde observo el pasar del tiempo como veo el volar del ave.

¿En qué lugar me encuentro?

¿Por qué lo siento tan extraño para mi razón y demasiado familiar para mi alma?

¿Por qué?....

Después de segundos, horas, días y de nuevo segundos se acerca kasavian con su falo al descubierto hablando, cantando, llorando o tal vez riendo…no sé, no escucho ningún sonido hasta el momento en que fija su atención en el otro ser que lo acompaña…

-Kasavian: me masturbo porque creo que gusta jugar a ser dios, me gusta manipular la vida

-trágico: pero, liberas vida al vacío y después te vas y lo dejas agonizante en la nada es ¡absurdo¡

-Kasavian: pero hombre, te dije que me gustaba ser dios….

Despierto…

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