lunes, 16 de agosto de 2010

tiempo bajo ilusión


10:44 pm

Fragilidades por doquier. Las urnas llenas de cráneos se abren plagando toda la luz de una extensa y belicosa oscuridad donde residen todos los miedos y temores preternaturales del hombre. En la oscuridad nacen y mueren los valientes sentimientos del poeta, del narrador, del científico y el explorador. Nadie se escapa, nadie comprende nada; todos corren caóticamente y sin razón, sumidos en el miedo por caer en la nada, por azotar su felicidad en la cruda realidad. Suena el reloj, mierda.

Solo escapamos en sueños…

Allí me encuentro fatigado por el astro mayor que mina y desfigura el horizonte, observo el suelo para paliar el punzante dolor de mis ojos, no hay nada. Tan solo hay un atisbo de soledad, de poesía, de belleza sin ningún sentido (y si tuviera, no importa). Me arrodillo exhausto, mis manos rozan la ardiente arena: quema, quema mucho, pero no importa. Ya el dolor no puede minar mi fortaleza como hombre. He
ganado bastardo sin rostro, te he jodido en donde más duele…

Solo escapamos en sueños…

La percepción del tiempo se vuelve más denso, trato de taladrar sus ojos con mis ojos para así escuchar sus pensamientos, ella sonríe nerviosa o tal vez un poco confundida. Nos besamos con un tedio mutuo, los dos no deseamos estar con el otro.

Solo escapamos en sueños…

¡Un pastel de crema láctea con un poco de chocolate espolvoreado!

Solo escapamos en sueños…

La leche tiene una capa de grasa en su superficie. El moquillento niño jugaba con tocar con su dedo (nauseabundo y con olor a barrio) la extraña capa. Era la primera vez que la veía en la leche y al principio le pareció interesante y un poco sutil (que sabe un mocoso que es sutil), tal vez para sus adentros pensaba que él era diferente al resto de los niños por el solo hecho de tener tan extraño y particular fenómeno en su taza pero, al ver que ningún otro camarada le interesaba su grandioso hallazgo perdió el interés en mostrarla. Al rato quiso tomarse la leche; hundió los dedos en la blanquecina leche y con un ágil movimiento de dedos la lanzo al piso. Un niño gordo y blanco (aunque por su suciedad no se podía ver su real color de piel) le dijo, eso se llama nata y es lo que se ocupa para hacer mantequilla.

Solo escapamos en sueños…

Y yo sentado aquí…

10:45 pm

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