sábado, 19 de junio de 2010

conciencia de una mente incoherente...


Conciencia…

Sientes misericordia… imagina a tu madre arder en manos de hombres sin rostro. La mosca todavía molesta pero déjala… se irá a algún lugar; lejos, muy lejos donde el sol no palpite los ramos de nuestra frente. Frenética sombra te ríes de mí: pero madre no me llames por mi nombre, no soy tu hijo, soy el dios de la misericordia y soy la vida de tus vástagos restantes… ahora soy el destructor de mundos, soy la muerte, arde frenéticamente y sin compasión porqué dios te condeno a vivir sin carne, incorpóreo y donde nadie te recuerde como tal. Te ríes de mi pequeño príncipe, madre abrázame, padre no me falles… no deseo, no temo, madre no vuelvas a venir. Yo seré el dios que no sufre ni lamenta la pérdida de fe de sus ciervos porque la soledad depende de la nada, hijo abrázame y no me dejes caer…bueno márchate y no vuelvas, el lápiz deja de sangrar tinta, mi pene esta estéril, recuerda que solo soy un pequeño dios, no quiero morir en manos de los vikingos ¡arde! arde capullo pusilánime… me guardas rencor como todo el mundo por no voltear hacia atrás. Mira y lamenta que no eres feliz… cometes el pecado mas aberrante del universo. No eres feliz... serás uno de los miles de muertos no llorados, serás un recuerdo que se desgranara en el tiempo…

Despierto. Le reloj marca las 6 pm, comienza el día. Comienza mi ardua labor.

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