martes, 8 de junio de 2010

bifurcaciones


Una vieja gorda y sebosa cortó el raído ticket como una autómata. Recuerdo su expresión torpe y recia frente a mi cara de evidente estupor. Comencé a caminar por un pasillo sin estética alguna pensando trivialidades (como siempre), disfrutando, tal vez amargamente, un presente ficcionado en base a recurrentes recuerdos de un pasado lejano que frustraban mi imaginación, causando de alguna forma esta cierta afección personal hacia el crack, el alcohol y el porno.

La sala del cine era pequeña, vieja y con un presente olor a cloro, las butacas eran de un paño grisáceo uniforme que acentuaba aún más la oscuridad reinante en la habitación. Tan solo había ocho o nueve hombres que observaban de reojo y con claro desdén (o vergüenza) mi presencia. Observé que una gran mayoría tapaba sus piernas con prendas, ¿Por qué?; reí y me senté al fondo de la sala, el piso estaba pegoteado… tal vez sea semen o alguna gaseosa que se derramó previamente. Furtivamente desenrollé el papelillo de cocaína que tenía en mi bolsillo, y como no tenía ninguna pajilla introduje los dedos en el polvo y jalé toda esa miseria tóxica (se me olvidó picarla). Mi mente sucumbió a la blanca anestesia.

Las imágenes comenzaron a proyectarse, pero mi mente no alcanzaba a captar la escena. Veía la penetración, escuchaba los orgásmicos gritos, pero mi mente escapó a otro recóndito paraje donde los contextos se bifurcan en pensamientos abstractos e inconexos: donde uno no nace de la unión del padre y la madre, sino los hijos procrean a sus hermanos; donde las mariposas no vuelan, sino reptan y son los seres más aberrantes de la creación; donde el susurro de Dios no es escuchado por él…

¡AHHHHHHH¡

El estrepitoso grito del mentiroso orgasmo me devuelve a la realidad. La escena acabó, me siento estafado. Todos en mí alrededor muestran indicios de claro cansancio o excitación, pero yo no. Ni siquiera se endureció.

2 comentarios:

  1. muy similar a la escena de charles bukowski
    pero esta bien hay que inspirarse en algo

    Carolina Cancino

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